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Diccionario de Bienes Culturales

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Término: Cortijo

Casal gl
Cortijo en
Masoveria ca

Definición

Finca agrícola o gran unidad habitacional del campo andaluz sin preocupación ornamental, principalmente centrada en la producción del cereal, sobre todo en el caso de la Andalucía occidental cuyo marco económico gira en torno a los grandes latifundios cerealistas. Por su sentido utilitario, la estacionalidad de las labores y su lejanía de los núcleos urbanos, los cortijos cerealistas suelen responder a las fórmulas más económicas y sencillas de la arquitectura rústica. Son de menor relieve a nivel arquitectónico que las haciendas* y presentan una clara simplificación de los almacenes* y demás dependencias económicas, salvo en el caso de los graneros y de las gañanías*, que son aquí más importantes. Sus caseríos, de planta rectangular, aglutinan a su alrededor viviendas para un reducido personal fijo, con la presencia ocasional de una residencia diferenciada para los propietarios, alojamientos para la mano de obra jornalera, eras, graneros, almacenes para frutos y aperos, talleres y dependencias para el ganado: tinaos o estancias para bueyes, cuadras para el ganado equino, apriscos, cabrerizas, zahúrdas, etc., esquema tradicional que la mecanización y modernización agrícola ha alterado en profundidad. En Andalucía se distinguen diversas variantes del cortijo cerealista y ganadero atendiendo a su envergadura, funciones y fisonomía constructiva. Subrayando la relevancia del latifundio junto al de la especialización agrícola, se encuentran los cortijos cerealistas de las campiñas béticas, arquetipo del "cortijo andaluz". En las provincias de Cádiz, Sevilla o Córdoba se ubican algunos de sus ejemplos más representativos. Componen extensas estructuras horizontales en torno a patios*, con piezas de geometría volumétrica entre las que sobresalen, los alojamientos de jornaleros -cocinas y gañanías-, graneros, pajares, cuadras y los establos para bueyes. En los rebordes de la depresión bética y tramos occidentales del surco intrabético la altitud y el relieve inciden en la construcción. Los caseríos, por lo regular de tamaño más reducido, ganan altura dando lugar a disposiciones más compactas e irregulares (cortijos de la mitad occidental de Granada y del interior de Jaén). Asimismo, resaltan los grandes cortijos de funcionalidad múltiple que sirven a los mayores latifundios y que incorporan, además de las dependencias cerealistas y ganaderas, molinos aceituneros, bodegas, capillas, señoríos y casas principales de relieve. Por otra parte, en las laderas y sierras que circundan el valle del Guadalquivir se localizan, cortijos especialmente ganaderos y caseríos de dehesa. El carácter extensivo de la explotación pecuaria tradicional produce unidades de baja densidad edificatoria, con núcleos de tamaño medio y pequeño donde se aglutinan viviendas y dependencias de servicio, además de piezas y obras ligeras diseminadas. La rusticidad suele ser su nota predominante. La excepción a esta norma la ponen los caseríos vinculados a la cría del toro de lidia de Sierra Morena, valle bético y sierra de Cádiz. Dada su proyección social, la casa de los propietarios adquiere porte de señorío, acompañada por viviendas de trabajadores, cuadras, el tentadero, corrales y cercados. Sin embargo, en el tercio oriental de Andalucía la noción tradicional de esta edificación se va perdiendo ante el ascenso del policultivo en secanos y regadíos, la ganadería y el reparto de la propiedad. La voz "cortijo" se generaliza para designar la práctica totalidad de las casas rurales aisladas, con independencia de su envergadura aunque hay que tener en cuenta que en su inmensa mayoría estaban ligadas a explotaciones que comprendían sembradura o ganado. En general, la diversidad de tradiciones constructivas hace posible una amplia variedad de fórmulas: así se pueden ver cuevas utilizadas para habitación y dependencias de labor como en el norte de Granada y Almería; o los cortijos con arquitectura cúbica particular de Sierra Nevada y de la costa de Granada. es

Nota de alcance

Siguiendo a Fernando Olmedo, los cortijos forman el grupo más numeroso de la arquitectura agrícola andaluza. La construcción se materializa como la fórmula tradicional de las explotaciones de cierta extensión sobre tierras de labor y monte, fincas y caseríos dedicados a la agricultura cerealista junto a la ganadería. Así éste representa el asentamiento agrícola aislado más difundido del paisaje rural de Andalucía en el siglo XX, caracterizado por el peso del cereal como producto básico de la alimentación, bajo estructuras en las que gran propiedad y gran explotación desempeñan un papel muy importante. El cortijo surge con esta denominación a partir del siglo XIII en el desarrollo de los procesos de repoblación y reordenación del territorio tras la Reconquista. En siglos posteriores consolida su flexible dedicación agroganadera basadas en los sistemas de rotación que impone el cultivo cerealista y en la necesidad de una numerosa cabaña para fuerza de tiro y abono. es

Referencias bibliográficas

[Flores, C. (1986), pp. 31-32]
[González Alcantud, J. A. y Gómez García, P. (1996), pp. 33-35]
[Olmedo Granados, F. (2003), pp. 17-18]

Término genérico

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